Adoptar un perro de refugio o de criador, ya sea un Labrador Retriever o cualquier otra raza de perro, tiene algunas diferencias importantes que deberías tener en cuenta.
- Adoptar un perro de refugio o protectora: los perros en refugios a menudo son animales abandonados o perdidos que necesitan un hogar nuevo. Pueden ser animales adultos o cachorros, y pueden ser de cualquier raza o tamaño. Al adoptar de un refugio, estás salvando la vida de un animal y proporcionándole un hogar cálido y amoroso. Sin embargo, es posible que los perros en refugios tengan problemas de comportamiento o de salud debido a su pasado desconocido, que pueden requerir un poco más de trabajo para ayudarles a adaptarse a su nuevo hogar.
- Adoptar un perro de criador: los perros de criadores a menudo son cachorros de razas específicas que han sido criados y criados con cuidado para tener una personalidad y una apariencia específicas. Los criadores pueden proporcionar información detallada sobre la salud, el comportamiento y la personalidad del perro, y pueden ayudar a los propietarios potenciales a elegir un perro que se adapte a sus necesidades y deseos. Sin embargo, los perros de criadores pueden ser más costosos y requerir una mayor inversión de tiempo y dinero para cuidarlos.
En resumen, adoptar de un refugio o protectora es una excelente manera de ayudar a un animal necesitado mientras proporciona un compañero leal y amoroso, mientras que adoptar de un criador puede ser una excelente opción si estás buscando un perro de raza específica con características específicas.
Tabla de contenidos
Adoptar un perro adulto de una protectora: consejos para tener éxito en casa
Algunas personas piensan que adoptar un perro adulto de un refugio no es una buena idea, ya que será difícil realojarlo y no hay garantías de que pueda adaptarse a su nueva vida.
Sin embargo, además de hacer una buena obra acogiendo a un animal adulto, hacerlo tiene muchas ventajas y las adopciones suelen tener mucho éxito. No obstante, conviene seguir una serie de consejos y precauciones para que su llegada sea lo más satisfactoria posible.
Prepararse antes de adoptar un perro de refugio o de criador
Adoptar un nuevo animal de compañía, venga de donde venga, no es una decisión que deba tomarse a la ligera. Acoger un perro en casa tiene muchas implicaciones y es importante considerar el impacto que puede tener en su presupuesto y estilo de vida. Hay que considerar las consecuencias de la adopción y empezar por tener en cuenta todos los gastos que conlleva: gastos veterinarios, alimentación, posibles gastos de cuidado, seguro específico para el perro, etc.
Asegúrate de que dispones de tiempo suficiente para cuidar de tu futuro compañero (juegos, salidas diarias, adiestramiento). Además, la decisión de adoptar un animal de refugio o de criador debe tomarse absolutamente en consulta con los demás miembros del hogar o de la casa.
Hazte las preguntas adecuadas: ¿es tu casa adecuada para un perro? ¿Tiene jardín o, si no, un lugar para pasear cerca? ¿Qué tipo de perro buscas y qué temperamento se adapta mejor a su estilo de vida? ¿Qué espera de la relación con este futuro compañero y hasta qué punto estás dispuesto a invertir en cuidarlo? ¿Dónde y quién te lo cuidará?, etc…
Ventajas e inconvenientes de adoptar un perro de refugio o de criador
Adoptar un perro adulto implica «riesgos» y éste es el principal inconveniente. Sin embargo, cada uno de estos inconvenientes puede contrarrestarse con una ventaja: ¿te dices a ti mismo que un animal adulto tiene un carácter bien forjado y será difícil de adiestrar? Esto es cierto, pero a cambio podrás determinar su temperamento desde el primer encuentro.
¿Crees que no tendrás el placer de educarlo como deseas? Sí, sin duda habrá que hacer concesiones, pero por otro lado (en principio) estás adoptando un animal que ya está limpio y es más tranquilo que un cachorro. La peor idea equivocada sobre los perros adultos es que debe haber «razones» para abandonarlos, porque tienen un carácter difícil, mal comportamiento, etc.
Por eso tendemos a pensar que será imposible reeducarles. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estos perros no son más problemáticos que otros y se tratará de pequeños ajustes y dificultades temporales ligadas a menudo a un periodo de adaptación. Por último, un perro adulto tiene su tamaño definitivo, lo que supone una ventaja considerable a la hora de elegir un perro ¡sin riesgo de sorpresas!
¿Cómo se elige el día de la adopción?
Ni que decir tiene que las adopciones se hacen por capricho. Sin embargo, hay algunas cosas que debes tener en cuenta a la hora de decidir qué tipo de animal tiene delante. Tómate tu tiempo y sé consciente de las actitudes de cada persona. Consulta a un empleado del refugio que conozca bien a los residentes y pueda responder a tus preguntas. Infórmate sobre cada animal que pueda interesarte: los motivos de su abandono, su historial médico, su pasado si se conoce.
Ten en cuenta que un perro que ha sufrido traumas o malos tratos puede ser más problemático que otro, pero eso no es todo. Es esencial evaluar el temperamento del perro (miedoso, sociable, juguetón, reservado…) antes de hacer una elección. No cedas por capricho y pide conocer al animal fuera de su caja, para llevarlo a dar un pequeño paseo. Comprueba si es receptivo a su nombre, si parece obediente, cariñoso… Y, por supuesto, aprovecha para ver si tú y los miembros de tu familia se llevan bien.
Sentar las bases de una nueva relación equilibrada
Una vez en casa, los reflejos que hay que tener son los mismos que con un cachorro. Prepárale un rinconcito antes de que llegue con su cesta y sus cosas (cuencos, juguetes) y dale tiempo para que descubra la casa a su ritmo. Sé paciente y evita las reprimendas al principio, porque su pasado no es necesariamente bien conocido y podría tener reacciones de miedo o estrés.
Sin embargo, ten claras las normas que quieres enseñarle, por ejemplo que no se suba a las camas o sofás si tú no quieres. Póngase de acuerdo con todos los miembros de la familia para evitar incoherencias en estas normas. Pon a prueba su limpieza sacándolo con mucha regularidad al principio, y luego espaciando gradualmente los viajes.
Haz lo mismo con sus propias salidas para poner a prueba poco a poco su relación con la soledad. De hecho, algunos perros que han sido abandonados pueden sufrir el síndrome de separación. Si tienes otras mascotas, no las dejes de lado cuando llegue tu nueva mascota, ya que esto podría generar rivalidad.
Por último, concierta una cita con su veterinario habitual para una visita introductoria y para ocuparse de cualquier trámite: cartilla sanitaria, vacunas, instalación o actualización del microchip, etc. También se recomienda encarecidamente un chequeo médico completo.
¿Quieres saber cuáles son las 5 razas de perros más adoptadas?